Aquí tienes una receta sencilla para preparar leche de almendras cruda en casa:

Ingredientes:

  • 1 taza de almendras crudas
  • 3-4 tazas de agua filtrada o mineral (ajusta la cantidad según la consistencia deseada)
  • 1 pizca de sal marina (opcional)
  • Al gusto (opcional): dátiles, miel cruda, canela molida, vainilla, etc.

Instrucciones:

Remojo: Coloca las almendras en un recipiente y cúbrelas con agua filtrada. Deja remojar en el refrigerador durante al menos 8 horas o preferiblemente toda la noche. Esto ayudará a ablandar las almendras y facilitar su triturado, además de mejorar su digestibilidad. Escurrir y enjuagar: Escurre las almendras remojadas y enjuágalas bien con agua limpia. Triturar: Coloca las almendras en una licuadora o procesador de alimentos junto con 3 tazas de agua. Tritura a alta velocidad durante 1-2 minutos, o hasta que obtengas una mezcla suave y cremosa. Colar: Cubre un colador fino con una gasa o una bolsa para leches vegetales. Vierte la mezcla de almendras en el colador y deja que el líquido se filtre lentamente. Puedes presionar suavemente la pulpa de almendras con una cuchara para extraer la mayor cantidad de leche posible. Ajustar la consistencia: Si deseas una leche de almendras más ligera, puedes añadir más agua y mezclar nuevamente. Sazonar: Añade una pizca de sal marina (opcional) y endulzante al gusto (opcional). Mezcla bien. Guardar: Transfiere la leche de almendras a una botella o frasco de vidrio con tapa hermética. Guárdala en el refrigerador hasta por 3-4 días.

Consejos:

Almendras: Asegúrate de utilizar almendras crudas y sin sal. Puedes pelar las almendras antes de remojarlas si lo deseas, aunque no es necesario. Agua: Utiliza agua filtrada o mineral para obtener una leche de almendras de mejor sabor. Endulzantes: Si prefieres una leche de almendras dulce, puedes añadir dátiles, miel cruda, sirope de agave u otro endulzante natural al gusto. Conservación: Agita bien la leche de almendras antes de usarla, ya que es normal que se separe un poco. Pulpa de almendras: No tires la pulpa de almendras sobrante. Puedes utilizarla para hacer galletas, barritas energéticas, añadirla a sopas o guisos, o incluso usarla como exfoliante facial.

¡Disfruta de tu leche de almendras cruda casera! Es una bebida refrescante, nutritiva y deliciosa, perfecta para añadir a tus smoothies, cereales o para tomar sola.

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