Paté de semillas de girasol: Hecho con semillas de girasol remojadas, ajo, limón, aceite de oliva y hierbas frescas. Es una opción rica en proteínas y grasas saludables.
Paté de aguacate: Combina aguacate maduro, limón, ajo, cebolla y especias para un paté cremoso y lleno de sabor.
Paté de zanahoria y nueces: Mezcla zanahorias ralladas, nueces remojadas, ajo, limón y especias para un paté dulce y nutritivo.
Paté de remolacha y anacardos: La remolacha aporta un color vibrante y un sabor terroso, mientras que los anacardos le dan una textura cremosa.
Paté de champiñones: Utiliza champiñones frescos, ajo, limón, aceite de oliva y hierbas para un paté sabroso y aromático.
Paté de aceitunas y almendras: Combina aceitunas verdes o negras deshuesadas, almendras remojadas, ajo y hierbas frescas para un paté mediterráneo.

Consejos para preparar patés crudos:

Remojar: Remoja los frutos secos y semillas durante unas horas o toda la noche para mejorar su digestibilidad y textura.
Triturar: Utiliza un procesador de alimentos o una licuadora potente para obtener una textura suave y cremosa.
Sazonar: Experimenta con diferentes hierbas, especias y condimentos para personalizar el sabor de tus patés.
Conservar: Guarda los patés en recipientes herméticos en el refrigerador hasta por 3-4 días.

¡Disfruta de estos deliciosos y saludables patés crudos! Son perfectos para untar en tostadas, crackers o crudités de verduras.

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