La forma de alimentación, que la relaciona con la creación del mundo y del ser humano tiene un profundo significado. Refleja respeto por la naturaleza y sus ciclos, así como el deseo de armonía y equilibrio en la nutrición.

Menú semanal adaptado para una dieta cruda y sin incluir pan ni lácteos

  • Lunes (sales y minerales): Comienzo de la semana, sentando las bases. Las sales y los minerales son la base de la vida, los componentes básicos de nuestro cuerpo.
    Desayuno: Batido verde energizante: Espinacas, pepino, apio, manzana verde, jengibre y una pizca de sal marina.
    Almuerzo: Ensalada revitalizante: Mezcla de hojas verdes (lechuga, rúcula, espinacas), aguacate en cubos, rabanitos, semillas de girasol y aderezo de limón y aceite de oliva con un toque de sal marina.
    Cena: Sopa fría de pepino y aguacate: Pepino, aguacate, ajo, cebolla tierna, caldo vegetal frío (hecho con verduras crudas), sal marina, pimienta y un toque de menta fresca.

  • Martes (hongos): Los hongos, como vínculo de transición entre el mundo vegetal y el animal, simbolizan la transformación y la adaptación.
    Desayuno: Champiñones con limón y hierbas, acompañados de tostadas de semillas de lino (deshidratadas a baja temperatura).
    Almuerzo: Ensalada de champiñones y aguacate: Champiñones laminados, aguacate en cubos, tomates cherry, cebolla morada y aderezo de vinagre balsámico y aceite de oliva.
    Cena: Crema de champiñones: Champiñones, ajo, cebolla, caldo vegetal frío, leche de almendras (casera o comprada), sal, pimienta y un toque de nuez moscada.

  • Miércoles (frutas): Mitad de semana, tiempo para la ligereza y la dulzura. Las frutas son un regalo de la naturaleza, un símbolo de abundancia y alegría.
    Desayuno: Macedonia de frutas tropicales: Mango, piña, papaya y coco rallado.
    Almuerzo: Ensalada de frutas y frutos secos: Mezcla de frutas de temporada (fresas, arándanos, manzana, pera), nueces, almendras y un toque de canela.
    Cena: Batido cremoso de frutas: Plátano congelado, mango, leche de coco y una pizca de vainilla.

  • Jueves (verduras): Continuación de la fase activa de la semana, las verduras aportan al organismo energía y nutrientes para mantener la fuerza.
    Desayuno: Zumo verde revitalizante: Apio, pepino, manzana verde, jengibre y limón.
    Almuerzo: Ensalada de brócoli y coliflor: Brócoli y coliflor rallados, zanahoria, pimiento rojo, cebolla morada y aderezo de tahini y limón.
    Cena: Rollitos de calabacín: Calabacín en láminas finas relleno de paté de zanahoria y nueces, aderezado con aceite de oliva y hierbas frescas.

  • Viernes (frutos secos): Preparación para el descanso, los frutos secos brindan saciedad y una reserva de energía para el fin de semana.
    Desayuno: Leche de almendras casera con plátano y dátiles.
    Almuerzo: Ensalada de col lombarda con manzana, nueces y aderezo de mostaza y miel.
    Cena: Crema de calabaza y zanahoria con leche de coco y un toque de jengibre. Puedes añadir nueces picadas por encima.

  • Sábado (bayas, especias y cereales): Un día para el placer y la variedad de sabores. Las bayas y las especias añaden brillo, y los cereales proporcionan una base nutritiva.
    Desayuno: Smoothie de bayas con leche de avena y semillas de chía.
    Almuerzo: Tabulé de quinoa con pepino, tomate, perejil, menta y un aderezo de limón y aceite de oliva con especias al gusto (comino, cilantro, etc.).
    Cena: Ensalada de kale masajeado con arándanos, fresas, almendras laminadas y aderezo de vinagre balsámico y un toque de canela.

  • Domingo (descanso, agua): Día de recuperación y limpieza. El agua es fuente de vida, ayuda al cuerpo a descansar y prepararse para la nueva semana.
    Durante todo el día: Agua pura, agua de coco, infusiones de hierbas relajantes (manzanilla, tila, etc.) y zumos de frutas y verduras frescas.

Ventajas de este sistema alimentario:

Variedad: Asegura la ingesta de diversos nutrientes necesarios para la salud.
Estacionalidad: Fomenta el consumo de productos disponibles en una época determinada del año, lo que contribuye a una mejor asimilación y sostenibilidad.
Conciencia: Centrarse en determinados grupos de alimentos en diferentes días de la semana ayuda a ser más consciente de lo que comemos.
Aspecto espiritual: La conexión con los ciclos naturales y la creación del mundo puede dar a la nutrición un significado más profundo.

En general, este enfoque de la nutrición puede ser interesante y beneficioso para quienes buscan un estilo de vida más consciente y armonioso. Enfatiza la importancia de la conexión con la naturaleza y el respeto por sus dones.

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